Tarde Calurosa en valencia…

Pensando en putas en valencia con los calores de una tarde de Junio y estaba en casa aburrido como de costumbre las tardes de verano en las que termino de trabajar a medio día. No se podía estar en casa y me puse a pensar qué podía hacer aquella tarde. Tras barajar varios planes finalmente me decidí por ir al cine ya que hacía mucho que no iba y había muchas películas pendientes de ver por ahí.

Como tenía el coche en el taller, anduve hasta la parada del autobús, que calor hacía por dios!! La gente por la calle iba buscando la sombra, el viento de poniente era insoportable.

Pasaron por mi lado dos chicas en dirección contraria hacia la playa y se habían quitado ya la ropa e iban andando en bikini debido al sofocante calor.

Al ver esos dos culitos redonditos andando cerca de mi, de golpe empezó a actuar ese gen cazador que tenemos los hombres, que sin saber porqué, hace que pases de un estado de tranquilidad y sosiego a un estado de alerta.  Mis pensamientos más calientes pasan a apoderarse de mi mente y nublan mis demás pensamientos.

Es cuando por enésima vez en el día piensas en follar. Y las dos chicas me lo debieron notar en la cara porque sonrieron como diciendo, pobre diablo. Yo no me corté en girarme al pasar a su lado para deleitarme con la vista de aquellos dos monumentos.

Pero mi aventura solo acaba de empezar..

Además cerca de allí hay dos clubs de putas en valencia que conozco de toda la vida como Valeria ferrer y claudia roche, en los que tuve alguna experiencia de la que me vinieron recuerdos al instante.  Que grandes tiempos aquellos en los que nos íbamos de putas en valencia. Llegué a mi parada del bus  y allí espere a que llegara pensando en esas curvas que acababa de divisar, me imaginaba tocando esas nalgas apretadas y duras de ambas chicas y montándome la película en mi cabeza de como podía ser un jueguecito con aquellas mujeres, para mí, hambrientas de sexo.. Aunque realmente el único que estaba hambriento de sexo creo que era yo.

Llegó mi autobús y subí rápido buscando el fresquito asegurado que proporciona el aire acondicionado que siempre va a todo trapo en los transportes públicos. Me dirigí a la zona media del bus y me senté.

En la siguiente parada subieron varias personas, entre ellas mi mirada pronto deslumbro lo que para el gen cazador del macho cachondo era otra hembra en celo con ganas de follar. La chica estaba buenísima pero no destacaba demasiado, no iba vestida exagerada ni mostrando los atributos que ya a primer vista se intuían. Eso sí, encaje en la camiseta y minifalda. Se acercó y vi que fijó su mirada en el sitio vacío que había en frente de mi y allí fue directa.

¿Qué ocurriría?

De golpe y pese al aire acondicionado empezó a entrarme calor de nuevo, iba cachondo perdido y creo que lo notó, lo olió. Debió percibir las feromonas o no se que pasó pero me brindo una mirada pícara que desató mi fantasía sexual de cero a cien en un segundo.

Llevaba una camiseta de tirantes con el ribete de encaje, cosa que a mí particularmente me vuelve loco, encaje en la ropa, en la lencería o como si lo llevan en el pijama. La chica llevaba en la mano una bebida de macdonals y chupaba de ella con su pajita. Automáticamente mi mente imagino como esa cosa tan bonita, cogía mi polla en vez de la pajita y la succionaba. Primero despacito, mientras va cogiendo volumen..

Una vez comienza a ponerse dura incrementa la velocidad de su chupada de una forma que no puedo evitar cogerle la cabeza y apretarla fuerte contra mi para intentar meterle en la boca toda la polla posible.

Vaya película me estaba montando yo solo mientras la chicas lo único que hacía era disfrutar de su bebida.

Pero repito, no se cómo me lo debió notar porque empezó a mirarme de una forma no habitual, se mordía los labios  y deslizaba su lengua sobre ellos para humedecerlos. Entonces si, mi polla empezó a crecer, a abultar el pantalón y yo en vez de disimular, me la toqué por encima como diciendo.. mira como estás poniendo esto de duro cabrona.. A ella en lugar de molestarle pareció gustarle y pronto se subió un poco la minifalda, lo justo para dejar ver sus braguitas y entonces…

Entonces cogió un hielo de su bebida y lo tomó con la mano, con una mano apartó un poco sus braguitas y con la otra comenzó a frotarse despacio un poco sobre el clítoris. Era irremediable que no comenzara a contornearse debido al frío y el placer que estaba comenzando a sentir entre sus piernas.. El hielo se había deshecho y entonces golpeó su coñito con la punta de los dedos, como azotándose y gimiendo en voz muy bajita.

Y llegó lo bueno…

Me miró a los ojos y me dijo, dime guarradas..

Me gusta mucho que los hombres me digan lo cerdo que les pongo así que por favor, dime que la tienes muy dura por mi culpa, dime que te mueres de ganas por follarme.  Dime todo lo que se te ocurra y te devolveré en favor..

Soy capaz de correrme a chorros sobre el asiento del autobús que ya estaba mojado por el hielo deshecho..

Entonces mirándola a la cara comencé a decirle todo lo que pasaba por mi cabeza. Comencé diciéndole que me encantaría arrodillarme y comerle el coño mojado allí mismo si pudiera. Luego seguí con que me encantaría meterle los dedos y jugar con su clítoris hasta hacerla estremecer. También que quería meterle la polla en la boca y follársela, que me encantaría follarla de todas las formas posibles..

Ella me pedía que le dijese guarradas mas fuertes y entonces me solté y comencé a llamarla cerda, puta, le dije que quería romperle el culo mientras ella gritaba la quería hasta los huevos..

Entonces ella, comenzó a mojarse, las gotas deslizaban por su pierna desde su coño hasta el asiento, cómo era posible? no se estaba tocando ni nada, tan solo mis palabras hacían que no pudiera parar de contornearse y seguir mojando el asiento… Creo que ninguna de las putas en valencia con las que he estado me llego a poner así de cachondo nunca.

Leave a Reply